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06 marzo 2017

PODANDO LA VIÑA



Tijeras para poda

Los meses de enero y febrero son los mejores para llevar a cabo la tarea de LA PODA. El letargo invernal al que se ven sometidas nuestras cepas hace que “no sufran” demasiado a la hora de cortarles (mutilarles) los sarmientos, sus ramas.


Me decía mi padre que la poda del viñedo es una de las tareas más importantes del viticultor, ya que, según se realice, puede darnos mayor o menor cosecha, alargar o acortar la vida de la planta, formarla en altura, en anchura, en espaldera, etc.


Hemos de partir, sea cual sea la formación que elijamos para nuestra viña, del conocimiento de que la vid es una planta trepadora, por ello la existencia de zarcillos en sus sarmientos. Si no se conduce mediante las sucesivas podas, su masa vegetal aérea se extendería ocupando todo a su paso, tanto en horizontal como en vertical. Sus frutos serían escasos y de muy mala calidad.


Si nuestro deseo es que la viña nos de buenas cosechas durante muchos años, deberemos someterla a podas cortas, equilibradas y suaves, con pocos pulgares, sin tratar de sobreexplotarla: dará buenos caldos durante más de cien años, mejorando siempre con la edad.


Si lo que deseamos es obtener muchos kilos de uva desde los primeros años, las podas han de ser largas y dejando muchos pulgares: no obtendremos mucha calidad y el viñedo morirá sin alcanzar los 40 años. Esto puedes ser rentable a corto plazo, pero no es muy recomendable.


A día de hoy contamos con una amplia variedad de buenos vinos, con muy buena calidad. Esto se debe, principalmente, a los enólogos.  Sin embargo las tareas viticultoras cada día se alejan más de las “buenas prácticas”. También es preciso es decir que hay explotaciones que son cuidadas con esmero por sus propietarios.


Hay grandes bodegas que nos “venden la moto” de: vendimia a mano, vendimia de noche, vendimia en verde, vendimia selectiva, roble y más roble, etc. Esas mismas bodegas cuelgan vídeos en sus web mostrándonos todas sus “prácticas artesanales”. Pero más del 90% de las uvas cuyos vinos bebemos son cosechadas con maquinaria moderna que arrastra, junto a los buenos racimos, los verdes, los podridos, los enfermos, los secos y partes de hojas y demás materia de la cepa. He visto buenos viñedos en vaso transformados a espaldera por el único motivo de aumentar la productividad y disminuir los costos de la vendimia manual. Pero sus dueños siguen hablando de “vendimia selectiva y manual”. También está de moda colgar videos en los medios sobre la “vendimia nocturna...” Como quedar, ni siquiera queda bien: apenas se ha ido el cámara y todo vuelve a la realidad.


Pero volvamos a lo que nos ocupa: la poda de la vid. Hace más de 40 años se valoraba y pagaba a los buenos podadores de viña. En mi pueblo el que más fama acumulaba era Julián, “El Molletes”, el que mejor podaba. Éste decía: “antes de llegar a la cepa ya sé lo que le tengo que dejar y quitar”. Conocía perfectamente “el sentido de la cepa”. Mi padre lo contrataba todos los años para que le ayudase en la poda de las viñas y, sobre todo, para aprender eso del “sentido de la cepa”, algo que yo todavía no he alcanzado a comprender, pues pierdo bastante tiempo antes de decidirme por cómo ejecutar la poda de algunas cepas. “El Molletes” no se lo pensaba dos veces: además de ser el mejor podador del pueblo, era el más rápido. Por entonces todas las viñas se formaban en “vaso”. Hasta finales de los 80 no se formaron viñas en espaldera.


En la poda de la vid podemos encontrar varias modalidades en función de: la edad de la planta, la formación que deseamos darle, la producción que esperamos, etc.


PODA DE FORMACIÓN


EN VASO

Manchuela conquense

La formación en “vaso” de la vid sigue siendo la que más extensión ocupa en España, especialmente en La Mancha, La Manchuela y Utiel-Requena. 


Aunque esta forma de cultivar la vid tiene sus defensores, la realidad nos muestra que, al ser cepas con muchos años, su conversión al modo “espaldera” supone un alto coste económico para los viticultores. Las nuevas plantaciones sí se realizan en espaldera y, muchas de ellas, con riego por goteo incorporado.


La vid en vaso presenta un porte formado por un tronco, relativamente corto, que sustenta un número de entre tres y cinco brazos o ramas principales. En el extremo de cada brazo se deja, en el momento de la poda, un “pulgar” provisto de un par de yemas, con lo que cada brazo desarrollará dos futuros sarmientos (delantero y zariego), que aportarán tres o cuatro racimos de uvas. 


Una cepa con cuatro brazos, sana y medianamente vigorosa, puede producir hasta 16 buenos racimos. En la siguiente poda se suprime el sarmiento delantero cortando la madera del pulgar de la poda anterior justo por encima del entronque del zariego. A éste le dejaremos de nuevo dos yemas.

La formación en vaso presenta varios inconvenientes.


a) La mayoría de las labores han de realizarse manualmente, lo que encarece el cultivo.
b)   La masa foliar se expande radialmente, dificultando las tareas de vendimia, aclareo, esporga, despuntes, etc., ya que el operario ha de moverse alrededor de ella.
c)    Los racimos se desarrollan, en su mayoría, bajo el follaje de la planta, recibiendo poca luz solar y escasa aireación, con maduración desfasada entre unos y otros racimos.
d)    Algunos racimos crecen y maduran en contacto con el suelo, originándose podredumbre y suciedad.
e)      El bajo nivel de insolación y la humedad hace que proliferen bacterias y mohos, incidiendo negativamente en el desarrollo de las levaduras.


Una alternativa a algunos de estos inconvenientes consiste en "levantar"la cepa. Ello se consigue dejando, durante un par de años, como pulgar el sarmiento delantero, en lugar del zariego, con tres o más yemas.A su favor podemos decir que los viñedos en vaso presentan una mayor integración con la naturaleza del paisaje y favorecen el tránsito de personas y animales.


Cepa centenaria

 


EN ESPALDERA


Esta es la formación con mayor éxito en la actualidad. Consiste en guiar la planta mediante unos alambres horizontales y tensados sobre postes a lo largo de  cada hilera o línea de plantas de vides.En este caso la cepa presenta un pie troncal, más alto que el de la cepa en vaso, que se bifurca en dos brazos a la altura del primer alambre (unos 45 cm del suelo), atándose al mismo para darle forma horizontal, uno hacia la derecha y otro hacia la izquierda.En la primera poda cortaremos la planta (sólo tiene un sarmiento) dejando dos yemas a ras de suelo. Con ello conseguiremos que broten dos vigorosos sarmientos.




Al siguiente invierno suprimiremos el delantero y el zariego lo ataremos al primer alambre y lo cortaremos por encima del mismo.

También podemos dejar los dos sarmientos, por lo que la cepa contará con dos pies o troncos: uno hacia la derecha y otro hacia la izquierda.


En verano suprimiremos todos los brotes que hayan surgido menos los dos más próximos al primer alambre


La primera poda suele dejar entre 4 y 6 yemas por cada uno de los brazos. Pero no debemos permitir que se desarrollen todas: 12 sarmientos serían mucha carga para una cepa primeriza. En primavera, cuando broten, se dejaran dos o tres a cada lado, suprimiéndose las restantes. No interesa, durante los primeros años de la planta, exigirle cosecha, el manejo ha de encaminarse a que la cepa produzca madera, se forme y “se haga”. Ya tendremos tiempo de pedirle frutos de calidad.


La formación en espaldera presenta más ventajas que inconvenientes.


Ventajas:


a) Muchas labores se pueden realizar con maquinaria especializada: vendimia, despuntes, prepoda...
b)  La masa foliar ocupa una única dirección, en los dos sentidos de la misma, y unida a los alambres de la hilera. Esto facilita las tareas manuales, las cuales se pueden llevar a cabo desde un mismo lado de la línea.
c)  La luz y el venteo inciden de forma más homogénea y en mayor cantidad sobre los racimos.
d)  Los racimos no tienen contacto con el suelo, lo que evita, además de la podredumbre, la acumulación de suciedad.
e)   La pruina de las uvas, al estar más limpias y sanas, es el mejor campo para el desarrollo de  gran cantidad de levaduras, claves para la futura fermentación natural.
 


El inconveniente principal, y además inevitable, radica en que  las labores de arado han de realizarse siempre en la misma dirección, siguiendo la formación de la hilera de postes y alambres.También impide la libre circulación de animales y personas de manera parcial.


En el Rincón de La Isidra tenemos una pequeña viña guiada en espaldera. Pero no por realizar las tareas con maquinaria, sino por las demás ventajas que acabamos de enumerar

 


PODA DE PRODUCCIÓN


Partiendo de que la poda en sí es una de las tareas más importantes del viticultor, éste se ve en la tesitura de cómo podar su viña para lograr unos resultados satisfactorios en el momento de la vendimia. Par ello apuesta por una u otra forma de llevar a cabo dicha tarea.

 


PODA CORTA


Dejando el zariego

El objetivo de esta forma de podar la viña consiste en fortalecer la cepa, haciendo que “coja madera”. Una poda corta es sinónimo de una poda poco traumática (cualquier poda lo es) para la cepa. Se dejan dos yemas por pulgar en cepas con formación en vaso. Con ello conseguiremos, además de una aceptable cosecha con calidad en sus racimos, una larga longevidad, lo que nos aportará, a nosotros o a los que vengan detrás, unos caldos de gran calidad.   Dado que en los viñedos formados en espaldera las cepas sólo disponen de dos brazos, hemos de podar, en principio, para equilibrarlos, tanto en pulgares como en madera y en carga productiva.
Dejando el delantero











A veces conviene suprimir el zariego y dejar , por su mejor posición o vigor, el delantero.






Lo normal es que se dejen, si queremos que llegue a vieja de forma natural, cuatro/ocho pulgares (dos/cuatro por cada brazo). Con esto es suficiente para que nos aporte entre  14 y 16 buenos racimos.


 
PODA LARGA


Como su nombre indica, consiste en dejar un mayor número de pulgares a cada cepa, tanto en vaso como en espaldera. El objetivo principal es la obtención rápida de muchos kilogramos de uvas cada año. 


Ésta es una poda traumática para la planta, a la que “se le obliga” a producir cada año más y más en detrimento de su equilibrio natural y acortando su esperanza de vida. 


La calidad de los racimos dista mucho de los obtenidos en viñas con podas equilibradas y cortas, no llegando a madurar correctamente muchos de ellos. 


Para intentar paliar estos desórdenes los viticultores de estas prácticas recurren al intenso abonado con compuestos químicos de efectos rápidos, consiguiendo con ello, a medio plazo, todo lo contrario de lo que pretendían.Este tipo de poda se lleva a cabo principalmente en las formaciones en espaldera, cuyas cepas, por lo general están al mínimo marco posible: 1,5 m entre cepa y cepa en la hilera y el ancho de un tractor frutero entre hileras. Estas viñas no llegarán a los cuarenta años, seguro.


Nuestro pequeño viñedo es podado en corto y mimado como un bebé. No nos interesa la cantidad, sino la calidad.



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